Estuve dibujando flores en la almohada durante toda la noche, para no sentirme tan sola, ocupaba mis manos en otra cosa por que mis manos a pesar de -repudiarte- se sienten inutile spor no abrazarte. Dibuje tres flores moradas, de cada lado y asi sigo llenando este espacio de flores como la mortaja de un muerto, necesito salir huyendo... corriendo hasta sentirme tan cansada que se me olvide el nudo en la garganta que no me deja respirar. Necesito cruzar el oceano y dejar en las aguas mi montoncito de lamentos y simular mi rio de olvidos, ya nada me ata aqui que no sea el miedo y la vulnerabilidad, y detesto sentirme vulnerable, por eso dibujo... por que ya no puedo escribir, por que las letras cuestan y cicatrizan lagrimas inmortalizadas en papel, y cuando pinto puedo iluminar sonrisas disfrazadas de flores purpura que mantienen mi boca ocupada cantando... "Adios felicidad, casi no te conoci..." Por que mis labios a pesar de decir -te amo- estan secos en la aucensia de tu boca, por eso pinto tres flores en mi almohada, una por el recuerdo dle ayer, una por el hoyo negro del presente y otra por el infinito azul de mi futuro, dibujo... por que no puedo gritar, no grito para no despertar las ansias, entonces canto "se me antoja tu boca...".
Me puse a dibujar torpes flores en la almohada toda la bendita noche....
Por que de haber podido te habria hecho el amor aunque -no te tengo ganas-
por fea costumbre y de mala gana sentir el erizo de tu espalda...
en vez de las espinas de mi corazon...
"No cabe duda que es verdad que la constumbre.... es mas fuerte que el amor"
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A veces sucede (y éste es el gran problema) que nos acostumbramos... Nos acostumbramos a la compañía del otro, a decirle palabras que con la rutina pierden su sentido... El problema, el otro gran problema, es que a veces también nos acostumbramos a la melancolía, a ese sentirnos solos y tememos a las nuevas compañías como antes temíamos a las soledades y de ellas también huimos.
ResponderEliminarSon problemas, porque la costumbre nos inmoviliza y el deseo de huir (de soledades, de compañías) nos impide movernos.
Y a veces hay escapes tan sencillos (ta efectivos) como pintar flores en la almohada, como buscar corazones de papel o leer lo que se encuentra en los puntos suspensivos...
Te conviertes en dibujante de primaveras en los blancos campos de lu lecho, para transformalos en alegría. Eso hace que "seas invulnerable" a los miedos y al desamparo, porque la belleza te proteje.
ResponderEliminarHarás que vuelva el "amor" para desterrar a la "costumbre".
Gracias Marito... lo leere lo prometo lo leere...
ResponderEliminarUn beso.
Ola, tino si, jeje literalmente he ido llenado esta casa de flores por doquier, me gustan las flores, las plantas de vida y los colores...tu crees q esa belleza tan efimera protege??
ResponderEliminarA veces lo mejor es que el amor no vuelva si no que se pierda... que se escape por el mapa y que no vuelva...
Un beso.