Me doy cuenta de todos los miedos que me caben en las mitocondrias, pero sobre todo en los rincones de mis neuronas.
Siento como si el imperio que llevaba mi nombre se derrumbara, y me da pánico perderlo todo, le temo a morir...
Yo que creí que podía resistirlo todo, me siento tan frágil tan quebradiza... que lloro.
Lloro de miedo de haber vivido a carne propia algunos de los peores minutos de mi existencia, de mi existencia de 24 años que retumba en mis oídos y me hace perder el equilibrio... caigo.
Se desmaya todo en mi, y se cierran mis ojos pesados, no existe el dolor, solo la sensación de estarlo perdiendo todo.
Mis oídos se cierran y solo escucho voces a lo lejos, bien lejos, voces de seres guturales que hablan zumbando...siempre zumbando, tengo miedo de abrir los ojos y darme cuenta que tampoco puedo ver, no soy capaz de sentir tengo los dedos dormidos, y dejo de hablar porque mi lengua tiene sueño también...
Son instantes breves en los que se cierra el mundo, y el cerebro pierde la memoria... te quedas solo, solo y vacío...
Y todo por una maldita inyección de penicilina.
¡Maldita penicilina!.
ResponderEliminarNo podrá contigo. Volverás a reinar en tu imperio.
Cariños cariñosos, querida amiga.
Amiga. Desde el otro lado del oceano que nos une, mis mejores deseos para ti.
ResponderEliminarUn beso
J.