TU BOCA: Tren que riela,
por alli suena una campanilla conducida ductilmente
por el fluir del viento desde el ultimo furgon,
y es un faro abierto
recorriendo los escaños ferreos con direccion hacia mi boca.
MI BOCA: Tu equipaje olvidado.
TU BOCA: Tan simple como un ferrocarril que se despide dolorosamente,
sin ningun telegrama que pregunte mi nombre en vano,
tan lejos tu boca... tan lejos...
¡¡¡Apartame un boleto¡¡¡
No, mejor no, dame tu boca sin boletos
sin tonterias,
son mejor las palabras sucias
persiguiendo las neblinas de mis noches,
¡¡¡Asi la quiero¡¡¡
TU BOCA: Se lleva mi fortuna y me deja sin fiadores
escucho..
¡Cuidado con el tren¡
¡Cuidado con el tren de tu boca¡
no quiero que nadie cierre esa ventanilla
para no mirar callada los adioces.
TU BOCA: Serpenteando en el camino,
atrapada y sin salida,
anunciando descarrilamientos
accidentada y retorcida,
dejame ser el fuelle de tu boca,
palanca hidrica del salvavidas.
MI BOCA: Muda niña por el anden transitando
odiando ese armatoste que predice tu partida.
Tu entrada me ha gustado mucho, pero sólo le pondría un pero, que tiene final. jeje.
ResponderEliminarGracias por pasarte de vez en cuando por mi blog-tu pequeño rincón. Un saludo enorme. Fran.
Más que entender, nos aproximamos a un texto sintiéndolo, precisando su roce sobre nuestros sentidos...
«Y con ella me entiendo sin decir palabra
Porque los árboles se entienden tocando sus raíces.»
Jorge Teillier
Gracias Fran, que bueno que te halla gustado seguro seguire paseandome por tu blog, espero que podamos charlar pronto.
ResponderEliminarGracias Belmar tenerte por aqui es un verdadero placer...
Belmar no se equivoca... Y tú, Pequeña, no seas descuidada, puedes ser el mejor jardinero del Edén y sin embargo no podas bien tus ramas... Ánimo Pequeña... Ánimo...
ResponderEliminarGracias, Enzo tomare nota sobre lo que me escribes. Un beso.
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