PIES DESCALZOS

La noche cae sobre la ciudad. Ella se marcho...la casa esta sucia. los destellos de un toque femenino resaltan en algunos muebles, sin embargo todo es un asco, entre la suciedad se deja ver la silueta de un hombre joven, fuerte, desaseado, la barba larga y desarreglada no oculta sus bellas facciones masculinas.

Abre los ojos, se reincorpora, levanta su cuerpo y mira retadoramente al entorno, frente a el pasan unos ratones que devoran sus dioses de harina (como si fueran lo unico divino). Busca una llave de agua y sobre ella un espejo, moja elsudor de sus cabellos, su cuerpo no se refleja, no es el.

Recoje las llaves del automovil y huye de la prision llena de recuerdos sin cerrar las puertas de su habitacion.

Cruza la ciudad de extremo a extremo sin mirar luces verdes o rojas, viendo el zigzag de las lineas rectas en las calles. Llega a la playa y recuerda que olvido sus zapatos (sus dedos entre sus cabellos) camina veinte metros hasta rozar el agua. Se encorva, posa su brazos en las rodillas y se mira en el reflejo de la luna llena. comosi pudiera escupirse y atragantarse en su saliva.

En las agitadas olas ve su rostro distorcionado, cortado por el ir y venir danzante del mar (como si bailara un estudpido vals). El se levanta enfurecido. Sale rapido de las aguas, recoje una piedra, la arroja al mar que se veia risueño, desatento, hace por un momento un hoyo en el infinito azul, casi igual al de su alma, solo que el de esta no es momentanea.

Algunas lagrimas nacen en sus parpados, las ahoga en aguas manchadas de melancolia.Las estrellas caen una por una en el firmamento y sus huellas son borradas por el viento que secuestra los granos de arena para manosearlos.

El sigue vagando sin temblar,azotado por el palpitar de los falsos besos, sin domar las grietas desgarradas en la borrascosa cantiga del amar.

Los pies delgados se enlodan enre las conchas. De su rasgado bolsillo saca una pequeña botella de licor, da un sorbo largo, otro mas, juega en el sudor de su mano izquierda, y en la otra un cigarrillo invoca serpientes de humo infiltrandose en el aire a dos metros de altura, finalmente la botella cae al suelo, se quiebra en una roca -sangre en la planta de los pies desnudos- agua salada escurre por los labios.

Una Luciernaga se posa sobre la camisa, para lamer los residuos de comida y bulia, al mismo tiempo una ola moja el esqueleto del cigarro y mata serpientes, aniquila esperanzas.


Un golpe, un silencio... la luciernaga muere abrazada en las manos, sofocada...deja de brillar...otro golpe...menos luz, menos luz...

Su cuerpo gira en direccion al mar, lo profana, lo reta. Su silueta se pierde al unirse con su verdugo -el unico que le abrio las piernas-.

La luna se voltea, para que no la vean llorar...