Es curioso... si te pienso, tu me dueles, es una culpa en el centro de mi pecho que ciertas noches no me deja dormir, me estremece tener el poder de acarrear sonrisas o pintarte lagrimas saladas en el fonde de un salon... alla en lo mas escondido de tus ojos.
Es curioso... si te pienso, necesitandome, sintiendo mi aroma, anhelandome... me hierve la sangre que corre desbocaDa por mis venas dilatadas a extrema altura, y es que a veces si te pienso, la culpa me sofoca, me ciega y no concibo la certeza de que te hago daño, de que soy tu mal, el vicio, la enfermedad, el capricho... la duda, aquello que pudo ser y fue maravilloso a pesar de que la videncia del futuro lo tornaba tan negro.
Es curioso... si te pienso, te deseo, lo peor de todo es que te deseo en infinitas formas, mirandome, respirandome, alimentandote de mi... haciendo de mi lo unico, lo mejor, lo duradero, tu tienes vicio de mi, yo tengo culpa de hacerte sentir amor a cambio de tus latidos... despues de todo porque me gustan, porque me encienden, porque me apasionan...
Es curioso... si te pienso, siento culpa... divina culpa...+
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Eso mismo nos suele ocurrir a la gran mayoría de pensadores, cuando los pensamientos los ocupa la misma persona.
ResponderEliminarSuelen terminar en deseos desenfrenados casi siempre inalcanzables.
Un cariñoso abrazo, querida amiga.