Aquella tarde de callejón , oscura como tus ojos de medianoche enmarcados por el momento exacto en que una mano gritaba -adiós- fue concebido mi pretexto, que vio la luz unas horas después cuando rebuscando en el saco antibiótico me espanto con sus enormes letras, nació mi pretexto de 319 paginas, una historia escrita en un par de renglones, los motivos de un pretexto que significaría una ciudad, un instante exacto, un beso fugaz, una eternidad de dos horas, una mirada sin nombre pero un porque ostentando su propio apellido.
Mi pretexto que enumera en su indice mis ansias y angustias, mis sonrisas y dudas, pero sobre todo mi felicidad, un pretexto que no me he atrevido a descifrar por sus letras, porque gracias a mi pretexto el paraíso para mi tiene otro significado.
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Si el pretexto es una "eternidad de dos horas" y se queda uno satisfecho, convencido de que el paríso tiene más de un significado, ha valido la pena sumergirse en él durante esas dos horas.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo, querida amiga. ¿Qué tal el nuevo año?.